Cuándo comenzamos a ponerle límites a nuestra imaginación? ¿Cuándo dejamos de soñar y decidimos conformarnos? ¿En qué momento dejamos de jugar para ponernos serios? Guadita es la hija más pequeña de mi hermano Pablo. Me sale decirle así, no sólo porque tiene apenas 3 años, sino porque me doy cuenta que recurro a los diminutivos…