Toda mi infancia está plagada de su mirada. De sus ojos color café profundos. De sus propuestas osadas. Sus cuestionamientos retóricos. Sus rebeldías domésticas. Su orgullo silencioso. Su picardía y su ternura. Su inconformismo rotundo. Su instinto libertario. Será porque nací y él ya había descubierto el mundo. Será porque fue mi primer amor prohibido….