Recuerdo la primera vez que rindió el examen. Tenía apenas 10 años y de tan pequeñita, en su cuerpo no cabían tantos nervios y entusiasmo. Había crecido escuchando esas largas anécdotas de sobremesa donde, su mamá y su tío Pablo, eran una especie de leyenda por todo lo que habían vivido y experimentado entre las…