Todo empezó ese 2007. Nos acostábamos por la noche y nos despertábamos a la mañana con el sonido de maullidos prisioneros en la pared. Se trataba, al parecer, de un pequeño gato atrapado en una cañería interna de la casa. No pudimos solucionar el problema hasta cinco días después. Cuando finalmente lo pudieron sacar, yo…