Búsquedas. Sonia Torres tiene a su hija, Silvina Parodi, desaparecida. 
Es ese rostro fotografiado en blanco y negro que, con ojos grandes y sonrisa cómplice, no deja de mirarla desde el living de su casa. Cuando la secuestraron, Silvina estaba embarazada de 6 meses. Ella pertenece al grupo de los 19 chicos del Manuel Belgrano que, delatados en listas negras por el entonces interventor de la escuela Tránsito Rigatuso y en manos de la dictadura, perdieron sus vidas. Sonia Torres aún busca a su nieto que, está segura, es un varón y nació en Córdoba. Le pregunto cómo va la causa. -“Yo tenía la esperanza de que comenzara este año”, me dice. “Los represores se están muriendo y son ellos los que saben dónde están nuestros nietos”.
–¿Eran 16 los chicos del Belgrano?
–“No, Irina, son 19 –me precisa –, te voy a traer mi agenda.” Pienso entonces en la valentía y entereza de esta mujer que desde hace más de tres décadas, sin ánimo de venganza, busca de manera incansable justicia.
–“Aquí está. Fijate –me dice–, esta es la lista.” Observo la página algo gastada de su agenda. Todos los nombres están escritos a mano… y el nombre de Silvina, su hija, ni siquiera es la primera en la lista.
